Una ola de calor es un aumento brusco y mantenido de la temperatura y humedad por encima de los valores medios del clima de una zona determinada.
Afecta tanto a los seres humanos como a los animales y, atención, es el fenómeno climático que más muertos causa en nuestro sistema.
Por tanto, un golpe de calor es un peligro para nosotros. Y más para nuestros ancianos, debido a su baja adaptación a los cambios bruscos del entorno.
Las temperaturas muy extremas y el exceso de calor, producen una pérdida de líquidos y sales minerales (cloro, potasio, socio, etc.) imprescindibles para el organismo.
Este hecho puede agravar una enfermedad crónica o provocar deshidratación y agotamiento.
¿Por qué los adultos mayores son más propensos al estrés por calor?
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Los adultos mayores no se adaptan tan bien como los jóvenes a los cambios repentinos de temperatura.
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Es más probable que tengan una afección crónica que cambie las respuestas normales del cuerpo al calor.
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Es más probable que tomen medicamentos recetados que afecten la capacidad del cuerpo para controlar su temperatura o transpiración.
Síntomas de un golpe de calor
Hay algunos síntomas que nos pueden alertar que alguna persona mayor está sufriendo un golpe de calor, como son:
- Temperatura muy alta
- Dolor de cabeza
- Náuseas
- Sed intensa
- Convulsiones
- Somnolencia o pérdida de conocimiento
Prevención de un golpe de calor
Debemos beber a lo largo del día, aun cuando no tengamos sed, especialmente los mayores porque son más vulnerables a la deshidratación como resultado de una menor sensación de sed, de la menor eficacia de su función renal y de la toma de fármacos y por ello, es preciso que aumenten la ingesta de líquidos.
Podemos preparar sopas, cremas frías y ensaladas, tanto para combatir el exceso de calor como para que nos ayude a rehidratarnos por su alto contenido en agua.
Intentar comer más frutas y verduras, que contienen agua y minerales para poder hidratarnos.
Observar el grado de hidratación vigilando las señales del cuerpo como sequedad de boca, confusión, ojos hundidos o piel apagada. Observar la frecuencia y color de la micción, un color amarillo intenso o con olor fuerte puede indicar un proceso de deshidratación.
Evitar la sudoración intentándonos poner en lugares frescos, no exponernos al sol directo, llevar ropa ligera, bajar persianas y poner el aire acondicionado o ventiladores