Cuando en nuestro hogar un familiar enferma, no sólo sufre él si no se sufre en grupo, es decir, sufre su grupo familiar, los que están a su alrededor y tienen que cuidar de ese familiar, que por dicha situación necesita ayuda física, emocional e incluso espiritual. La persona enferma, va a necesitar más de ese núcleo familiar, y, a su vez, este grupo que tiene su trabajo y sus actividades, de golpe, sobreviene este cambio con la enfermedad de ese ser querido que lo cambia todo, todo ello llevará a un agotamiento físico y presión emocional y económica porque no sabemos que hacer para ayudar al familiar dependiente de la mejor manera posible, creyendo que podemos con todo.

Nuestro familiar enfermo ya no puede hacer las cosas que hacía antes y la responsabilidad de hacer esas cosas recae directamente en el cuidador. De repente, tiene que saber como dar un tratamiento médico o cómo moverlo en la cama sin que se lastime y ahí es cuando hay que plantearse qué ayudas tienes tú como cuidador para afrontar todos estos cambios, es muy duro ayudar a alguien solo y hay que buscar ayuda externa para poder expresar vuestro sufrimiento, guiaros durante la enfermedad y delegar algunas responsabilidades para coger energía para seguir cuidando bien.

El cuidado de una persona dependiente implica el cuidado del CUIDADOR del mismo.

Ustedes, los familiares que cuidan, necesitan cuidarse, el cambio en lo cotidiano sumando las tareas de atención con nuestro ser querido pueden generar lo que conocemos sobrecarga del cuidador o estrés, esto produce aislamiento en su entorno, depresión, cambios de humor, trastornos de ansiedad, insomnio, una sobrecarga física que implica las movilizaciones de una persona dependiente y no menos importante, una sobrecarga económica por dejar el mundo laboral para cuidar.

 

En EMPATÍA, os ayudamos a aceptar que tenéis que dedicar tiempo a vosotros mismos sin sentiros mal porque ahí estamos nosotros para acompañaros, pensamos en vuestra salud no sólo en la del enfermo. Ustedes sois importantes, cruciales, sabemos que hacéis lo humanamente posible y que no pasa nada por cometer errores, cada enfermo es diferente, os enseñamos a no sentir culpabilidad y a decir no ante demandas excesivas y dependencia de nuestro familiar. Te recomendamos tener un espacio para seguir haciendo las cosas que os gustaba hacer, dedicaros un tiempo de desconexión y confiar en nuestros cuidadores profesionales.

Ayudar a que las personas lleguen al final de la vida en las mejores condiciones posibles es nuestro desafío como cuidadores.
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