¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional involucra nuestra capacidad de reconocer y darle sentido a todo el enredo de sensaciones y emociones que nos invaden con el día a día.
Manejar con inteligencia las emociones nos permite vincularnos con los demás y evitar arranques de ira o estrés, conocer nuestras emociones nos permite tener relaciones más satisfactorias con nuestros seres queridos.
La inteligencia emocional en la vejez
Es indudable que la tercera edad suponga una etapa de desafíos inevitables y declive físico, esto puede generar tensión en algunos adultos mayores, ya que como es de esperar, el cambio causa temor o molestia en algunas personas y puede provocar situaciones que no son las de costumbre.
En general, una investigación reciente nos habla de la madurez emocional asociada al envejecimiento, que postula que las personas mayores presentan una mayor capacidad para regular sus emociones y optimizar su experiencia emocional.
Ser mayor o contar con más de 60 años no debería ser sinónimo de soledad e insatisfacción. Las personas que viven en esta etapa, deberían tomarla como una segunda juventud con suficiente madurez para afrontar la vida.
Una buena inteligencia emocional en las personas adultas mayores se puede traducir en una mejor calidad de vida por medio de actividades que sean gratificantes, que favorezcan su autonomía y toma de decisiones, tales como escuchar sus canciones favoritas, dar un paseo o la escucha activa, además de una comunicación constante con algún familiar con el que pueda expresar sus sentimientos.
No olvidemos que nuestra esperanza de vida aumenta cada vez más y tenemos todo el derecho de disfrutarla con intensidad y con los mejores recursos posibles.
“Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre y la vista más amplia y serena” Ingmar Bergman
¿Qué hacer como familiares ante esta situación de pandemia?
Lo primero es tener empatía y comprender el proceso que el adulto mayor está viviendo. Poder entender esto es vital para poder comunicarnos de forma asertiva con el adulto mayor, disminuir la sobrecarga y facilitar su expresión.
Lo segundo es poder mostrar nuestro apoyo al adulto mayor, entender lo que sentimos y pensamos ante cierta situación. Y tercero es que la persona comprenda que hay alternativas para decir las cosas:
- Dotar al adulto mayor de habilidades emocionales que puedan ayudarle a disminuir las emociones negativas generadas por la pandemia y aumentar las emociones positivas.
- Identificar y expresar las emociones de una manera adecuada.
- Comprender e interpretar las emociones de manera útil y proactiva.
- Ofrecer estrategias de regulación emocional a través de la comprensión y el respeto.
El entrenamiento de una buena inteligencia emocional en las personas mayores mejora la calidad de vida y el bienestar psicológico a esas edades. Otro de los beneficios de educar la inteligencia emocional en esta situación que estamos viviendo es facilitar la adaptación a esta nueva realidad y dotar al adulto mayor de las herramientas necesarias para atravesar este tiempo de crisis sin perder la esperanza y la alegría de vivir.
Se ha demostrado que la activación emocional negativa trae consecuencias perjudiciales para las personas mayores y que de manera contraria, las emociones positivas reducen el estrés, las depresiones y mejora todos esos retos cotidianos a los que el adulto mayor debe hacer frente en plena pandemia, tales como pérdidas afectivas, propensión a enfermedades, aislamiento social… todas estas habilidades de regulación emocional ayudarán a reforzar el sistema inmunitario y desarrollar estrategias que ayuden a potenciar el bienestar.