Los OLVIDOS son una parte de los fallos de memoria y un síntoma fundamental de las demencias.

Las consecuencias suelen ser:

  • El paciente realiza distintas actividades y al poco tiempo ha olvidado lo que ha hecho, no recuerda nada o solamente una parte.
  • La falta de conciencia de enfermedad (anosognosia).
  • Desorientación (temporal, espacial, personal).

Podemos intentar (en la medida de lo posible y sin obligar):

  • Expresar tranquilidad y seguridad ante estos fallos.
  • No culpabilizar.
  • Facilitar la comunicación.
  • No preguntarle dónde ha dejado determinado objeto, ya que no lo sabe (lo ha olvidado).

Los DELIRIOS son creencias falsas fundamentadas que el paciente saca de la realidad.

¿Qué podemos hacer?

  • Intentar que el delirio no se convierta en una fuente de discusión innecesaria, esto se hace no rebatiendo constantemente al paciente sobre su falsa creencia.
  • Distraer al paciente para que centre su atención en temas reales y a ser posible de su agrado.
  • Relajar al enfermo que está asustado o incómodo por el delirio. Unas palabras dulces o una muestra de cariño pueden aportar bienestar.
  • Buscar desencadenante y consecuencias del delirio.
  • No seguirle la corriente ni dejarle solo.
  • Evitar cuchichear en su presencia.
  • Si no reconoce a un familiar, no contradecir, esperar y tranquilizar, después indicarle el parentesco.

Las ALUCINACIONES son percepciones falsas, la persona puede ver, oír, oler o tener sensaciones táctiles de cosas que no existen en el momento real.

¿Qué podemos hacer?

  • No alarmarnos y reaccionar con calma sin poner nervioso al enfermo.
  • No combatir la alucinación y no debatirla.
  • Evitar convencer a la persona diciéndole que lo que está viendo no es real, para él o ella sí lo son. Insistir en ello puede provocar irritabilidad y agresividad.
  • Distraer al enfermo llevándole a otra habitación, invitarle a dar un corto paseo, buscar alguna distracción.
  • Tranquilizarle y acercarse despacio dentro de su campo visual, identificándose y diciéndole en todo momento quiénes somos.
  • El contacto físico, puede tranquilizar, nunca viene mal una muestra de cariño y cercanía.
  • Evaluación de defectos sensoriales y de la medicación (consulta con los especialistas).
  • Buscar desencadenante y consecuencias de la alucinación.

AGNOSIA: incapacidad para reconocer objetos. Si la capacidad de razonamiento y enjuiciamiento está dañada, se producirán problemas a la hora de interpretar el entorno.

¿Qué podemos hacer?

  • Si hay problemas en los órganos de los sentidos, pues con gafas, audífonos, buena iluminación, puede amortiguarse el problema.
  • Explicar al paciente lo que está viendo u oyendo en cada momento. Es mejor dar explicaciones sencillas que discutir.
  • Si se está dando una conversación delante del paciente buscaremos su participación y así evitar que pueda interpretar mal lo que pueda estar oyendo.
  • Nunca deberemos hablar del paciente (o de otras personas enfermas) en presencia de ellos, por muy ausentes que parezcan, nunca sabemos qué y cómo pueden estar escuchando.
  • No polemizar ni enfadarse por sus errores.

La demencia y la DEPRESIÓN se dan frecuentemente unidas. Llanto, sentimientos de culpa, de ser una carga para los demás, preocupación excesiva por la salud, poco contacto ocular…

¿Qué podemos hacer?

  • Si la persona se queja frecuentemente de problemas de salud deberíamos tomarnos en serio sus palabras.
  • No insistir constantemente en que se anime o se alegre. Esto puede hacer que el paciente, además de sentirse más triste, se sienta incomprendido.
  • Ofrecer apoyo y cariño. Es importante que el enfermo esté rodeado de personas querida y que le ofrezcan amor.
  • Hacer sentir al paciente útil e importante, haciéndole colaborar en tareas que le proporcionen utilidad y seguridad.

Tendencia a presentar cambios bruscos en sus sentimientos y expresiones emocionales, se pueden dar reacciones catastróficas como ataque de ansiedad y agitación desproporcionados en relación a la causa que las provoca.

¿Qué podemos hacer?

  • Intentar averiguar las situaciones que lo desencadenan.
  • No solicitar al paciente tareas que estén fuera de su alcance.
  • Intentar descubrir la causa del enfado.
  • No enfrentarse ni pedir explicaciones. No hacer gestos bruscos o tocarles por detrás de forma inesperada.
  • Preguntar con voz suave qué le pasa y si lo podemos ayudar.
  • Reaccionar con calma, sin alterarse, sin gritar, de manera que evitemos discusiones inútiles.
  • Proporcionar tranquilidad y apoyo.
  • En la medida de lo posible, apartar al paciente de la situación que ha provocado el enfado y distraerle.

En muchos casos se dan situaciones en que la persona con demencia reacciona negativamente, en forma de insultos, agresiones, quejas, contra el cuidador. Esta agitación refiere un estado importante de tensión que se manifiesta a través de gran variedad de movimientos y comportamientos molestos (ansiedad, confusión, discusiones, gritos)

Alguien con demencia, primero se agita y, si no intervenimos, puede pasar a conductas violentas.

¿Qué podemos hacer?

  • La primera prioridad es la seguridad del paciente y la de los que le rodean.
  • No hacer gestos bruscos ni gritar.
  • Olvidar lo ocurrido recordando siempre que en este tipo de conductas no existe intencionalidad, son producto de la enfermedad o provocada por condiciones ambientales.
  • Postura empática, receptiva y relajada del cuidador.
  • Eliminar ruidos, vaciar la habitación de personas, quitar objetos innecesarios.

En demencias, por APATÍA entendemos aquellas manifestaciones de la persona referidas a permanecer sentadas, calladas, sin hacer preguntas y sin querer iniciar algún tipo de conducta e interacción.

¿Qué podemos hacer?

  • Intentar que el paciente tenga interés por el entorno y sus cosas. Comentar el entorno y la vida, aunque no recibamos respuesta suya visible.
  • Realizar actividades en las que el sujeto se sienta útil.
  • Estimular a la persona evitando ponerla nerviosa.
  • Si abandona una tarea al poco tiempo, no insistir, felicitarle por lo que ha hecho.

El APETITO en la demencia puede darse disminuido o aumentado. Muchas personas tienden a rechazar los alimentos que hayan sido poco habituales para ellos y solo admitir lo que siempre les ha gustado.

¿Qué podemos hacer?

  • una pequeña sensación de apetito puede ser interpretada como que no se ha comido.

  • Si el apetito ha aumentado es probable que esté todo el día pidiendo comida al no existir reconocimiento de la saciedad.

  • las comidas han de ser o más relajadas posible y atendiendo a la persona que lo necesite durante la misma.

  • es importante supervisar en un principio más que ayudar directamente. Los apoyos se darán cuando sea realmente necesario.

  • las ayudas se realizarán con el objetivo último de retrasar la dependencia.

Trastornos del sueño y ritmo diurno

¿Qué podemos hacer?

  • Si tiende a dormir durante el día intentaremos en la medida de lo posible activarle (por lo menos despertarle).
  • Al despertar le hablamos tranquilizándole y orientándole si es necesario.
  • Crear rutinas al dormir. Ir al baño antes de dormir. Temperatura adecuada del dormitorio.
  • Realizar actividad física durante l día y evitar cenas excesivas o que se queden con hambre. Un vaso de leche tibia ayuda a conciliar el sueño.
  • Evitar la toma de líquidos excesivos antes de dormir.

La DEAMBULACIÓN errante es de las conductas más frecuentes y de las que más sobrecarga producen al cuidador.

¿Qué podemos hacer?

  • Evitar en la medida de lo posible cambios en el entorno. Rutina y estabilidad en su entorno es la mejor manera de prevenirlo.
  • Modificar el entorno para dar máxima seguridad.
  • Enfatizar en los ejercicios de orientación a la realidad.
  • Aprovechar para dar un paseo cuando aparezcan estos episodios de deambulación.
  • Averiguar si hay algún condicionante que esté provocando esta conducta.
  • Rodear de objetos familiares.
  • No obligarle a sentarse ya que se volverá a levantar. Aprovechar para salir.
  • Dejarle andar (un tiempo prudencial). Al tener mayor actividad física, dormirá mejor.
  • Aumentar su nivel de actividad física y mental.
  • En personas que fueron muy activas intentar mantenerlas ocupadas y hacerlas sentirse útiles.
  • No contrariar al paciente tratándolo como un niño por sus comportamientos.
Los problemas de memoria tan presentes en la demencia pueden ser un aliado muy importante para el cuidador usando la distracción. Con ello podemos conseguir que lo que esté provocando tal desasosiego se le olvide y su limitada memoria de trabajo sea ocupada por la información que indiquemos.
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