Las úlceras por presión (UPP) son lesiones que aparecen en la piel por la presión o el roce continuado del cuerpo contra materiales diversos. La presión continuada sobre una zona concreta de la piel provoca el aplastamiento de los tejidos y dificulta la circulación de la sangre por ellos (isquemia), provocando la muerte de las células de esos tejidos (necrosis).

El riesgo de padecer úlceras por presión es mayor en personas con movilidad reducida, por ejemplo, personas que permanecen largos períodos de tiempo encamados, personas en sillas de ruedas, o que no pueden cambiar de posición.

Las úlceras por presión pueden evitarse. Pero, ¿cómo prevenirlas?

  • Identificar a las personas con riesgo de sufrir úlceras por presión UPP.
  • Movilizar frecuentemente para cambiar los puntos de apoyo (cambios posturales cada 2 horas).
  • Vigilar los puntos de poyo susceptibles de ulceración.
  • Mantener una correcta higiene corporal mediante lavado con agua y jabón de alto contenido graso, seguido de un perfecto secado. De esta manera se evitará la destrucción del manto ácido de la piel y la aparición de erosiones, prurito e infecciones.
  • Mantener la ropa limpia, seca, sin arrugas y sin objetos extraños (restos de comida, migas, etc.)
  • Hidratar la piel aplicando cremas o aceites mediante masaje circular para así estimular la circulación.
  • Mantener una alimentación adecuada, con una dieta equilibrada con un soporte nutricional rico en proteínas.
  • Utilizar colchón de aire para proteger las zonas más sensibles.
  • Evitar el contacto de las prominencias óseas (talones, codos, etc.) con superficies duras. Para ello utilizar almohadas formando bloques que se situarán de forma que se mantengan los miembros elevados.
Una piel limpia, sana, íntegra y cuidada es imprescindible para protegerse de las agresiones del medio.
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