Las necesidades de las personas mayores dependientes

En los últimos años, la ancianidad se ha convertido en un problema social importante. la sociedad no estaba acostumbrada a que un porcentaje tan alto de la población, cada día creciente, fuese de edad tan avanzada. Este alto crecimiento provoca una preocupación en los países desarrollados y hay que dar respuestas para tratar la posible pérdida de autonomía personal.

La salud de las personas mayores dependientes requiere un enfoque intersectorial, es decir un programa de comunicación y coordinación entre la investigación, los recursos humanos competentes y los servicios de salud, para atender estas necesidades específicas. A día de hoy, en nuestro país, existe un desequilibrio en materia de los servicios sociales, según la comunidad autónoma donde se pertenezca. Por ello existe el propósito de la necesidad de apoyo e intervención con un enfoque de género, ya que es realizado en su mayoría por mujeres, que se le reconozca el cuidado informal como un trabajo que aporta, que esté coordinado con los demás servicios sanitarios para afrontar los cuidados en las mejores condiciones posibles.

Siempre hay algo que hacer, es decir el principal objetivo de toda intervención de cuidado tiene que ser la mejora de la calidad de vida de la persona dependiente, a cualquier edad, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia patológica, siempre podemos hacer algo para incrementar y/o mantener la mejor calidad de vida posible para la persona y para no caer en las malas prácticas y el abandono de funciones por parte de los profesionales sanitarios por el hecho de ser mayores en situación de dependencia e involución, donde se van añadiendo patologías y haciendo imposible una atención integral de calidad, hay unos aspectos a tener en cuenta muy importantes como son unos principios básicos que toda intervención ya sea formal o informal, deben ser consideradas como prioritarias.

Los programas y servicios de atención a la persona mayor dependiente, debe incorporar este código de principios como punto de partida, son básicos y esenciales y sirven como nexo de unión entre todo el equipo multidisciplinar, incluidos familiares y entorno social, que potenciarían positivamente la salud integral de estas personas tan necesitadas de ayuda.

La capacidad de elegir unida al respeto de la autonomía de la persona, la participación activa de todos los cuidadores formales o no, con una puesta en marcha en común y planificada y la continuidad humana y cercana, qué tan bien nos hace sentir como seres humanos capaces de relacionarnos y apoyarnos emocionalmente, hará que la ayuda sea verdaderamente integral y fructífera.

Los criterios asociados a este plan de intervención van unidos a los principios antes mencionados, el campo de la dependencia es muy diverso y cada usuario exige un plan individualizado, en él debe prevalecer la prevención y rehabilitación de la persona dependiente en cuestión, ya que la falta de intervención conlleva situaciones adversas, que vienen una detrás de otra o a la vez. Hay que ser capaz de prevenir y rehabilitar en la medida de lo posible, y eso lleva adjunto un trabajo físico, social, psicológico y ecológico, esta conjunción hará posible un plan de intervención y ejecución estable y coordinado, ya sea haciendo uso de un recurso o varios de todos los que ofrece la ley de autonomía y atención a la persona dependiente.

Es de gran importancia y vital para el usuario dependiente mayor, no separarlo de su entorno, de su red social, de su cuidador informal, los programas de intervención no pueden tener el mismo éxito si la persona a cuidar no tiene calidad de vida y ésta es para todos, nuestra casa, nuestras cosas, nuestros amigos y nuestra familia.

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