La depresión en el adulto mayor es una enfermedad frecuente, compleja y con una mayor frecuencia de recaídas. Probablemente sea la principal causa de sufrimiento en la persona adulta mayor y con la que se relaciona de manera directa, a la disminución de su calidad de vida.

Hay diversos factores que pueden aumentar el riesgo de que las personas mayores desarrollen depresión. Los más comunes, la soledad, el deterioro cognitivo o tener otras enfermedades discapacitantes, como dificultades de visión o accidentes cerebrovasculares, la falta de vitalidad y la pérdida de autonomía.

También hay que tener en cuenta otras causas que pueden precipitar la depresión en personas mayores como los cambios bruscos en su vida, como mudarse a una residencia, el fallecimiento de seres queridos o las patologías diagnosticadas.

La depresión se manifiesta con una pérdida de interés por la vida, por las actividades hermosas y positivas de la misma, cansancio, desánimo, pero también se puede manifestar porque presentan dificultad para dormir o conciliar el sueño, también los olvidos se manifiestan como un síntoma común.

La identificación de los pacientes mayores con depresión es necesaria debido a que el estado de ánimo puede repercutir en la salud del mismo. Los cuidadores tienen una labor importante la hora detectar los primeros síntomas o explicar al médico los problemas que el anciano no expresa.

Tenemos en el mercado numerosos fármacos antidepresivos orientados a conseguir la mayor eficacia con la menor toxicidad, pero no hay ningún fármaco libre de problemas. Las personas mayores y sus familiares deben preguntar al médico sobre la posibilidad de que estos medicamentos afecten al grado de alerta, la memoria o la coordinación, además de asegurarse que no aumenten el riesgo de caídas.

Para prevenir la depresión de las personas mayores es necesario fomentar los vínculos con familiares y amigos, realizar revisiones médicas regulares, hacer actividad física, tener una dieta equilibrada, dormir los suficiente y realizar actividades significativas y placenteras que otorguen un propósito en la vida y sobre todo consultar con un profesional de la salud mental cuando sea necesario.

En EMPATÍA ayudamos a nuestros mayores a mejorar la salud mental, potenciamos su autoestima y respetamos todo su entorno intentando que sigan siendo funcionales e independientes dentro de sus limitaciones.
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