Uno de los factores clave para para conseguir un trabajo eficaz con las personas dependientes es la comunicación, el cuidador debe establecer una comunicación eficaz con el usuario. Para ello, es imprescindible conocer las características y necesidades específicas de la persona que atiende para saber cómo dirigirse a ella, además, de unas determinadas habilidades que explicaremos a continuación:
ESCUCHA ACTIVA
Consiste en escuchar y comprender la comunicación atendiendo detenidamente e interesándonos por lo que nos quieren decir. Para ello propiciaremos un entorno agradable, un tono de voz adecuado y una actitud positiva. Es muy importante observar la expresión no verbal y utilizarla nosotros mismos para demostrar que estamos escuchando con atención y, por supuesto no interrumpir y demostrar el máximo respeto.
EMPATÍA
Es la habilidad de ponerse en el lugar de los demás, forma parte de la relación interpersonal y permite el buen entendimiento entre dos personas. Es una herramienta que nos ayuda a comprender cómo siente y cómo piensa la persona. Ser tolerante, no hacer juicios de valor, reconocer las virtudes y logros de los demás, atender desde el respeto y opinar sin herir a nadie, son las claves que nos convierte en personas empáticas.
ASERTIVIDAD
Es la capacidad para manifestar los deseos de forma abierta y natural, siendo sincero y sin hacer daño a los demás. Debemos expresar lo que sentimos con coherencia, con lenguaje claro y sin indirectas, sin evaluar ni juzgar al prójimo, manifestando empatía hacia los demás y utilizando las conductas no verbales adecuadas como el contacto visual, una expresión facial adecuada, la voz audible y firme y una postura corporal relajada. Las personas asertivas son capaces de establecer relaciones de confianza.