¿Qué son los cambios posturales?

La mayoría de las personas cambian de postura en respuesta a la presión que sienten en las zonas de apoyo, sin embargo, las personas que no sienten esa presión o que no se pueden mover, pueden sufrir alteraciones musculares o en la piel.

En EMPATÍA “DÉJAME CUIDARTE”, queremos recordar que las movilizaciones son de suma importancia a la hora de evitar úlceras por presión y otros problemas derivados de la permanencia, durante muchas horas, en la misma postura.

Esta clase de lesiones tienen lugar cuando la persona dependiente padece una incorrecta irrigación sanguínea en determinadas partes. Las zonas más sensibles son las que entran en contacto con objetos sólidos. Así pues, suelen presentarse en la zona del hueso sacro, en glúteos y otras zonas corporales como los talones de los pies.

La movilización de un paciente encamado debe ser un tratamiento preventivo e individualizado y debe aplicarse de manera precoz y mantenerlo durante todo el período en que el paciente sea dependiente.

Es conveniente cambiar de postura al enfermo cada 2 o 3 horas aproximadamente durante el día y cada 4 horas por la noche, asegurando que la postura sea correcta y llevándose a cabo con mucha precaución para evitar el roce por arrastre.

Es muy importante mantener la cama limpia, seca y sin arrugas. Será imprescindible utilizar materiales de apoyo que amortigüen las zonas de presión como colchones de aire, almohadones, cojines de goma espuma, protectores locales en talones y tobillos, cuñas, etc.

Hay que tener en cuenta varios aspectos
  • Control de humedad, provocado por sudor, orina e incluso derrame de algún tipo de líquido.
  • Evitar pliegues de sábanas o ropa que están en contacto con la piel del paciente.
  • Mejorar el estado nutricional del paciente.
  • Cambio frecuente de pañal y ropa en caso de incontinencia urinaria o fecal.
  • Inspección de la piel regularmente, detectando cambios anormales.
  • Mejora de la circulación de las zonas de contacto.
  • Proporcionar comodidad a nuestro usuario.
  • Beneficiar con el movimiento la expulsión de mucosidades acumuladas.
  • No usar alcohol o colonia directamente sobre la piel.
  • Ingesta diaria de líquidos (agua, zumos, infusiones…) salvo contraindicaciones médicas.
Signos de alarma:
  • Zonas de apoyo enrojecidas o cambios en la textura de la piel.

  • Grietas en la piel, sequedad o humedad.

  • Hinchazón.

  • Drenaje similar al pus.

  • Área de la piel que se siente más fría o más caliente al tacto que otras áreas.

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