Aquellas personas que se encuentran en situación de dependencia, ya sea por su edad o por la presencia de algún déficit o trastorno ven mermadas sus capacidades para realizar determinadas actividades a nivel psicosocial y físico, por lo que el profesional debe encargarse de intervenir para mejorar y entrenar las capacidades de la persona asistida.
Es de vital importancia todo el conjunto de valores y comportamientos que presentan las personas encargadas de los cuidados de la persona dependiente. Para lograr unos cuidados más humanos, además de utilizar los propios conocimientos, se deben adquirir una serie de habilidades y actitudes que ayuden a conservar la dignidad.
Cuando se recogen las opiniones de las personas mayores de cómo ellos quieren que se les trate, el hecho que más valoran es el ser tratados con respeto y sin discriminación por razón de edad. Tienen la necesidad de que se les permita contribuir a seguir siendo miembros activos en la sociedad, de ser reconocidos por su experiencia, conocimientos y trabajo realizado.
Los profesionales de EMPATÍA nos encargamos de conocer su historia de vida, sus gustos y preferencias, y velamos por la defensa de la dignidad y autonomía en todas sus formas, aún en el caso de haber perdido parte de ella, sigue siendo persona con todos sus derechos. En este proceso de cambio, acompañamos y velamos por un proceso de adaptación óptimo, al mismo tiempo establecemos una relación de confianza con la familia y seres queridos. Somos la figura que les permite, tener la serenidad y seguridad necesaria para afrontar estos momentos llenos de emociones encontradas, de informarles, orientarles y encontrar los recursos adecuados adaptados a cada necesidad velando siempre por su bienestar.
Nuestros valores:
– Respeto y decoro.
– Calidad humana e integridad.
– Positividad.
Nuestras habilidades:
– Escucha activa y comprensión.
– Empatía.
– Calidez en el trato.
– Seguridad y confianza.
