Al cuidar a una persona en situación de dependencia es esencial que puedas organizar las tareas que se realizan cada día. Un plan de cuidados individualizado nos beneficia (y al resto de las personas involucradas) sin lugar a dudas en muchos aspectos:

  • Conseguimos organizar el tiempo de manera conveniente y beneficiando a todos.
  • Satisfacemos las necesidades de la persona que cuidamos estando perfectamente atendido.
  • Se toman las decisiones adecuadas. Si la situación está controlada será más fácil tomar decisiones en relación a los cuidados.
  • Obtenemos información sobre la enfermedad de la persona o su situación sanitaria para saber los recursos de los que disponemos.

Por ello se deben plantear objetivos en el sentido de: • Mantener las capacidades funcionales. • Mejorar en lo posible las capacidades alteradas. • Prever la aparición o empeoramiento de trastornos o enfermedades evitando el incremento de la dependencia. • Dar soporte, ayudar y/o sustituir a la persona en la realización de las funciones alteradas o perdidas. • Favorecer e impulsar las relaciones sociales.

Los principales comportamientos problemáticos son:

  • Deambulación.
  • Incontinencia.
  • Agitación y reacciones catastróficas.
  • Enfado y agresividad.
  • Problemas de sueño.
  • Dificultades para el cuidado personal.
  • Comportamientos sexuales inadecuados.
  • Aislamiento, soledad y tristeza.
  • Desconfianzas, alucinaciones y delirios.

Causas de los comportamientos problemáticos:

  • Padecimiento de enfermedades.
  • Deficiencias sensoriales.
  • Efectos secundarios y medicación.
  • Problemas psicopatológicos.
  • Sentimientos de frustración.
  • Ambiente poco estimulado.
  • Ambiente muy estimulado.
  • Aspectos sociales.
  • Exceso de discapacidad.

Las transformaciones que sufren las personas mayores son:

  • Disminución de las habilidades motoras.
  • Descenso en la velocidad de procesamiento de la información.
  • Aparición de deficiencias sensoriales de tipo visual y auditivo.
  • Disminución general de las habilidades cognitivas.
  • Incremento de los problemas para afrontar actividades que no forman parte de la rutina diaria de la persona mayor.
  • Deterioro de la forma física teniendo como consecuencia un descenso de las respuestas del organismo ante situaciones que requieren de energía física.

Es el momento de diseñar un plan individualizado que permita modificar la conducta problemática. Para ello, y una vez establecidos los objetivos, hay que considerar todas las opciones posibles y seleccionar el modo más adecuado para mejorar su calidad de vida.

Si la estrategia seleccionada no sirve se debe intentar otra distinta. Una recomendación que merece la pena seguir es que lo ideal es empezar a trabajar sobre una única conducta problemática. Cabe mencionar que, para que el plan tenga garantías de éxito, se debe ajustar a las características de la persona mayor y su familia, así como de la persona que está a cargo de su cuidado. Asimismo, comenzar con pequeños objetivos que sean fácilmente alcanzables y ser paciente ante el cambio son factores que asegurarán el éxito de la intervención.

En las personas mayores hay que insistir en el mantenimiento de las relaciones personales que aún conserven, ya que en la etapa del envejecimiento se van a sufrir pérdidas y alejamientos de personas significativas. Trabajar con las habilidades sociales en este colectivo en concreto va a contribuir a que la persona domine las capacidades y habilidades suficientes para afrontar las distintas situaciones diarias y, de este modo, conseguir reducir los sentimientos de indefensión y aumentar su autoestima.

En Empatía, nuestro objetivo es dar una buena atención tanto a los usuarios como a las familias, queremos que puedan disfrutar de una mejor calidad de vida y bienestar
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