El otro día leí una noticia sobre como la forma de envejecer está muy relacionada con la forma en la que hemos vivido y que de alguna manera se puede incluso hacer una previsión de cómo será nuestra vejez.
Esto me hizo pensar en que a menudo se habla del niño que tenemos todos en nuestro interior, pero no hablamos de la persona mayor que también está en nosotros y que se va nutriendo de nuestra manera de vivir y sentir.
Como profesional, he tenido el privilegio de acompañar a muchas personas en esta etapa de la vida tan delicada como valiosa. Cada mirada, cada recuerdo compartido, cada gesto de confianza me recuerda que detrás de cada paciente hay una historia, una vida entera llena de experiencias que merecen ser honradas.
Los cuidados que ofrecemos no solo buscan aliviar las dolencias o controlar enfermedades, sino también brindar compañía, respeto y dignidad.
Acompañar a una persona mayor implica mirar más allá de lo físico:
Es atender sus emociones, estimular su mente, respetar su ritmo y hacerle sentir, cada día, que sigue siendo importante.
Desde esa experiencia, y con el compromiso que me define como sanitaria, ofrezco un servicio diferente:
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ESTIMULACIÓN COGNITIVA PERSONALIZADA
Actividades para ejercitar la memoria, atención, lenguaje y orientación, adaptadas a cada persona y ritmo.
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ACOMPAÑAMIENTO EMOCIONAL REAL
Conversaciones con sentido, escucha activa, validación de sentimientos y creación de vínculos desde el respeto.
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PRESENCIA PROFESIONAL Y HUMANA
Cuido desde la ciencia, pero también desde la empatía. Escucho sin prisa, actúo con ternura y respeto su historia.
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APOYO A LA FAMILIA
Sé que no es fácil cuidar. Por eso también acompaño a quienes están detrás: con orientación, pautas y comprensión.